José de Jesús Vázquez Hernández
Entre quemas, debates y madres está transcurrido la vida de los jaliscienses y mexicanos en estos días, primero la quema del cerro de la Primavera, al parecer intencional, donde se siniestraron aproximadamente ocho mil hectáreas, principal pulmón de la zona metropolitana de Guadalajara.
Este
hecho puso en evidencia la fragilidad y facilidad con que gentes
interesadas, particulares, ejidatarios, políticos, fraccionadores,
pequeños y grandes propietarios y hasta personas aisladas, como Lupita, etcétera,
pueden perjudicar zonas de reserva tan importantes y beneficiosas para
tan gran número de habitantes, además exhibió la carencia de personal y de equipo que se cuenta para prevenir y contrarrestar esta clase de atentados.
Una de las cosas buenas que acontecieron a la hora de combatir la magnitud de este flagicidio,
fue la pronta respuesta de los rescatistas voluntarios, unificados por
las redes sociales de la tecnología, que han estado conformando grupos
para intervenir en auxilio de diversas actividades a favor tanto de la flora como de la fauna.
Creo
que una de las formas de conservar las áreas boscosas, es desde luego
cuidándolas, pero resulta difícil ante la presión de grupos de poder, de
ahí que se deban de tomar medidas legales
como la establecida por el artículo 27 constitucional, que entre sus
párrafos señala: “…En consecuencia se dictarán las medidas necesarias
para ordenar los asentamientos humanos y establecer adecuadas
provisiones, usos, reservas y destinos de tierras, aguas y bosques,
a efecto de ejecutar obras públicas y de planear y regular la
fundación, conservación, mejoramiento y crecimiento de los centros de
población, para preservar y restaurar el equilibrio ecológico…”
Una
de estas formas sería la expropiación en términos legales, pero eso no
lo es todo, porque el problema seguiría latente, se requiere del cuidado
y conservación de las áreas protegidas y a mi juicio, quien tiene los
recursos para hacerlo es el ejército, tiene la logística para ejecutar esta tarea, para vigilar y controlar estas zonas tan indispensables para la biósfera.
Continuamos con los debates, donde se apostaba a ver qué espectáculo, si el fútbol, o el debate lograba obtener mayor ratings, para suerte, según analistas, quienes nos interesamos más por el debate, fuimos más que los que prefirieron el fútbol, ¡oh tempora
oh mores!, o tiempos o costumbres, seguimos con lo del pan y circo de
los romanos, cuando se trata de un acontecimiento sexenal tan importante
para los ciudadanos de un país.
En él hubo propuestas de cambio, pero no de mejoras, reclamos,
buenas y regulares intenciones, pero los que pierden, lo pierden todo y
creo que no debe perderse el capital político que representa cada
candidato, si después de la elección se reconoce de buena forma al
triunfador y se conforma un gabinete pluripartidista, por lo menos con
los principales candidatos de los tres partidos más representativos de
México, tal vez se amalgamarían las voluntades y propuestas, para vivir mejor todos
La madre, no se podía quedar sin su merecido reconocimiento este día, uno
de los más significativos y tradicionales del año, pues aun no hay ser
humano, al menos que yo me dé cuenta, que no tenga una madre, pues el
reconocimiento de la madre es más seguro que el del padre.
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