José de Jesús Vázquez Hernández
El hecho de conmemorar el mismo día dos cuestiones por demás trascendentes para el ser humano, como son la Santa Cruz y la libertad de expresión y de prensa, parece una coincidencia, pero cada celebración tiene su propia historia que afecta de diferente manera a gremios bien definidos por su especialidad.
Según dicen los investigadores, Santa Elena, la madre del emperador Constantino, mujer virtuosa, se interesó por descubrir las reliquias e identificar los lugares más representativos relacionados con la vida y muerte de Jesús en tierra Santa y al demoler un templo romano construido en el monte calvario, el lugar donde fue crucificado Cristo, encontraron no una, sino tres cruces.
Para saber cual era la cruz que buscaban, la emperatriz Elena ordenó llevasen a su presencia un cuerpo que iban a sepultar y al colocarlo sobre una de las cruces encontradas y con solo tocarla recobró la vida. Ya no había duda, así fue localizada la verdadera cruz en que murió el Redentor del mundo. Por su intervención en esta importante empresa, la emperatriz Elena fue canonizada, y se le venera como Santa Elena de la Cruz.
La relación de esta festividad con el gremio de los albañiles, al parecer se debe a que fueron éstos los que la localizaron en el monte calvario y es por eso que la Iglesia le dedicó esta fecha para su conmemoración, festividad relacionada con la exaltación de la Santa Cruz efectuada el 14 de septiembre.
En México, esta celebración proviene desde el siglo XVI, según dicen cuando el capitán Juan de Grijalva bautizó con el nombre de la Santa Cruz a la isla Cozumel, de Quintana Roo y desde entonces el gremio dedicado a la construcción, en especial los albañiles, adornan la cruz y la colocan en la parte más alta y visible del lugar de la obra donde trabajan y desde luego hacen una fiesta, confiados en aquella frase que inspiró a luchar al emperador Constantino, In hoc signo vincis, con esta señal vencerás.
No podemos dejar de hacer alusión al derecho inalienable de la persona, la libertad de expresión y de prensa, cuya conquista ha costado gran derramamiento de sangre alrededor del mundo, México no fue la excepción. Desde hace aproximadamente diez años se recomendó por la ONU y la UNESCO, se conmemorara esta celebración el 3 de mayo, dejando a criterio de cada asociación, asimilarla o seguir la tradición antigua de hacerlo el siete de junio, ya que en cualquier fecha que se elija, es bienvenida.
En Guadalajara, se preparó un programa para esta ocasión, que se desarrolló en la Capilla Tolsá del Instituto Cultural Cabañas, con la presencia de varios comunicadores y representantes de diversas organizaciones periodísticas, donde se escucharon las palabras del periodista Cuauhtémoc Cisneros Madrid y del director del prestigiado diario jalisciense El Informador, Carlos Álvarez del Castillo Gregory.
Finalmente estas dos celebraciones de la Cruz y de la libertad de expresión, se relacionan en la práctica, ejercer este derecho hablando libremente con la verdad y con los bajos salarios que reciben, tanto algunos constructores como comunicadores, significa cargar su propia cruz. jjesusvah@hotmail.com
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