Por Carlos Neri Torres
La alegría, del trunfo motivó un caos vial en Tijuana y la zona centro, fue descendiendo a cada semaforo por toda esta ciudad fronteriza hasta caer en la realidad, hacia el camino del morbo, hacia la diversión interior de la euforia reprimida años atras, del éxtasis que hizo soñar en ser parte de los triunfadores cada uno ya son fanaticos del deporte, de la cerveza, de ir en bolita, para tener el pretexto de que, nos llevaron hasta donde quizo el chófer.
propios y extraños, las patrEntre gritos de somos campeones, tocando el cláxon, mencionando una alegría que no cabía en el pecho de propios y extraños, las patrullas de policías atrás de ellos para velar la alegría de tijuanenses futboleros ya nEstos ciudadanos invadieron la privacidad del sabado por la tarde, de la zona de tolerancia, del bolero de media calle, de las “paraditas” de elementos de seguridad, de taqueros, polleros disfrazados de paseantes asi como de seguridad internacional según dice tambien por aquí estan las oficinas, de estos lugares que son parte de una realidad aceptada, para aquellos que no han dominado la bestia que llevan dentro, y las universidades no han podido explicarles la función de estos antros de vicio y perdición según diría mi vecina de altos niveles de fe en las buenas costumbres.
Todos los caminos llegan a la coahuila, y tarde o temprano veremos algún amigo o conocido que sepa de este sector clásico, tan antiguo como las puestas de sol.
La alegría, del trunfo motivó un caos vial en Tijuana y la zona centro, fue descendiendo a cada semaforo por toda esta ciudad fronteriza hasta caer en la realidad, hacia el camino del morbo, hacia la diversión interior de la euforia reprimida años atras, del éxtasis que hizo soñar en ser parte de los triunfadores cada uno ya son fanaticos del deporte, de la cerveza, de ir en bolita, para tener el pretexto de que, nos llevaron hasta donde quizo el chófer.
propios y extraños, las patrEntre gritos de somos campeones, tocando el cláxon, mencionando una alegría que no cabía en el pecho de propios y extraños, las patrullas de policías atrás de ellos para velar la alegría de tijuanenses futboleros ya nEstos ciudadanos invadieron la privacidad del sabado por la tarde, de la zona de tolerancia, del bolero de media calle, de las “paraditas” de elementos de seguridad, de taqueros, polleros disfrazados de paseantes asi como de seguridad internacional según dice tambien por aquí estan las oficinas, de estos lugares que son parte de una realidad aceptada, para aquellos que no han dominado la bestia que llevan dentro, y las universidades no han podido explicarles la función de estos antros de vicio y perdición según diría mi vecina de altos niveles de fe en las buenas costumbres.
E l fútbol, es un escape, creado para ser feliz a los que descifran las jugadas increíbles, de autogoles, de faltas que no ve el arbitro, hay quien asegura que todos llevamos un arbitro dentro que siempre señalara el miopísmo de los que dictan las reglas a seguir.
Todos los caminos llegan a la coahuila, y tarde o temprano veremos algún amigo o conocido que sepa de este sector clásico, tan antiguo como las puestas de sol.
las “paraditas” de elementos de seguridad, de taqueros, polleros disfrazados de paseantes asi como de seguridad internacional según dice tambien por aquí estan las oficinas, de estos lugares que son parte de una realidad aceptada, para aquellos que no han dominado la bestia que llevan dentro, y las universidades no han podido explicarles la función de estos antros de vicio y perdición según diría mi vecina de altos niveles de fe en las buenas costumbres.
E l fútbol, es un escape, creado para ser feliz a los que descifran las jugadas increíbles, de autogoles, de faltas que no ve el arbitro, hay quien asegura que todos llevamos un arbitro dentro que siempre señalara el miopísmo de los que dictan las reglas a seguir.Todos los caminos llegan a la coahuila, y tarde o temprano veremos algún amigo o conocido que sepa de este sector clásico, tan antiguo como las puestas de sol.
las “paraditas” de elementos de seguridad, de taqueros, polleros disfrazados de paseantes asi como de seguridad internacional según dice tambien por aquí estan las oficinas, de estos lugares que son parte de una realidad aceptada, para aquellos que no han dominado la bestia que llevan dentro, y las universidades no han podido explicarles la función de estos antros de vicio y perdición según diría mi vecina de altos niveles de fe en las buenas costumbres.
Todos los caminos llegan a la coahuila, y tarde o temprano veremos algún amigo o conocido que sepa de este sector clásico, tan antiguo como las puestas de sol.
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