¿Hombre o mujer?
José de Jesús
Vázquez Hernández
Suele aplicarse el término “al filo de la navaja” cuando se
trata de un asunto espinoso, que puede afectar a quien lo resuelva tanto a
favor como en contra, como hiere el filo de la navaja, o como es interpretado
en el caso de la novela de Agustín Yáñez, “Al filo del agua”, una expresión
campirana cuando un suceso está a punto de suceder.
En el caso del maestro Sergio o de la maestra Andrea
Carolina, que es la misma persona, pero el problema es que cambia de nombre y
de vestimenta según el caso, el maestro Sergio, cambió su nombre por el de
Andrea Carolina y como tal dio por acudir a sus clases de matemáticas a la
escuela Secundaria Mixta 4 de la Colonia la Instancia de Zapopan, Jalisco,
vestido de mujer.
De acuerdo con los padres de familia los alumnos se sienten
confundidos y ellos también, por lo que piden a las autoridades
correspondientes intervengan para que se
respeten los principios que han inculcado a sus hijos, pues lo tradicional ha
sido que cuando nace una creatura es identificada por el sexo masculino o
femenino y si el maestro fue contratado como tal, no tiene por qué
cambiar.
Igual acontece cuando se llena una solicitud como requisito
para desempeñar un trabajo, uno de los datos esenciales es saber si se trata de
un hombre o de una mujer, y en esas condiciones se les contrata a sabiendas del
género que portan, o por el contrario en adelante conviene incluir si en un
futuro pretenden cambiar de sexo para prevenir la confusión.
Ante esta situación, convendría preguntar a las autoridades
militares, que posición tomarían si uno de sus elementos que fue inscrito como
soldado hombre, pues también hay soldados mujeres, uno de ellos resulta que ya
no se llama como dijo llamarse en un principio, Juan dice que ahora se
convirtió en Juana o Juana resulta que ahora es Juan, ¿cómo solucionarían el
problema?.
Creo que lo primero que hay que librar es que los derechos
humanos de cualquier persona no se vean lesionados, pero en toda empresa o
institución existen reglamentos que tienen como base la ley a los que un
empleado o empleada está sujeto y en muchos casos además juran y perjuran
cumplir, respetar y hacer cumplir y respetar la ley y reglamentos.
Las autoridades tienen la encomienda de hacer lo que la ley
les permite, o sea aplicarla en los casos concretos y el ciudadano hacer lo que
la ley no les prohíba, eh ahí el dilema, cuando no encuentran qué hacer ante un
caso no reglamentado, las autoridades dicen respetar los derechos de la ahora
maestra y los de las víctimas, si así se les puede llamar a los niños y niñas,
qué sucederá?
Este caso ha dividido la opinión pública, por lo que las
autoridades involucradas, junto con los Derechos Humanos que tratan de
permanecer en el centro de la navaja y quedar bien con ambas posturas, ahora
deben encomendarse al rey Salomón para que les de la sabiduría suficiente para
resolver con justicia el entuerto que ahora se les presenta.
Enero 31/2015.
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