Los más de cien Obispos mexicanos recibieron
al Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, durante su Asamblea Plenaria
que se llevó a cabo del 28 de abril al 2 de mayo en el Estado de México, donde
le hicieron varios cuestionamientos sobre las repercusiones que traerán la
reformas impulsadas por su gobierno a los mexicanos.
“Nosotros tuvimos la presencia del señor
Presidente de la República, Enrique Peña Nieto. Le presentamos este mensaje:
con mucho cariño, a todas y a todos les hacemos llegar el saludo de Pascua con
las motivantes y esperanzadoras palabras de Jesús resucitado, vencedor del mal
y de la muerte: ¡La paz sea con ustedes!”, dijo el Arzobispo
Metropolitano, Don Rafael Romo Muñoz.
Y compartió parte del mensaje donde los
Obispos mencionan que sienten gran preocupación por el futuro de nuestro país.
Por eso, ante las recientes reformas constitucionales aprobadas hacemos
nuestras las inquietudes de nuestro pueblo y nos preguntamos de qué manera
serán benéficas sobre todo para los que han estado permanentemente desfavorecidos,
o si serán una nueva oportunidad para aquellos acostumbrados a depredar los
bienes del país.
Además los cuestionamientos son los
siguientes:
¿Qué garantizará que la Reforma Educativa impulse un
verdadero desarrollo integral para todos; una reforma en la cual se reconozca
el derecho fundamental de padres y madres de familia, y la sociedad en su
conjunto asuma la responsabilidad que le corresponde; y no venga a alimentar
una nueva estructura burocrática que sólo defienda sus propios intereses? ¡Sin
educación de calidad no hay personas, ni pueblos libres!
¿Qué garantizará que la Reforma Fiscal fomente una
contribución verdaderamente justa, equitativa, corresponsable, clara, sin
complejidades y que sea utilizada con honestidad y trasparencia para construir
un país con menos desigualdades, que favorezca el empleo digno y bien
remunerado y las inversiones productivas; o será una maraña en la que puedan
evadirse o esconderse quienes se benefician de los recursos del pueblo de
México? ¡Sin honestidad, veracidad y trasparencia los recursos seguirán siendo
botín de pocos!
¿Qué garantizará que la Reforma Política consolide una
auténtica democracia y una real participación ciudadana que supere las
artimañas de los más habilidosos para lucrar con el poder? ¡Sin verdadero amor
el prójimo, sólo habrá una búsqueda ambiciosa de pedazos de poder!
¿Qué garantizará que la Reforma Energética haga que
los recursos del país se inviertan para superar los graves atrasos de gran
parte de la sociedad mexicana, y que las inversiones públicas o privadas,
nacionales o extranjeras sean promotoras de progreso social, humano y
comunitario, y cuidadosa del medio ambiente, por encima de intereses
particulares? ¡Si la persona humana no está por encima del dinero, el dinero le
pondrá precio a cada persona!
¿Qué garantizará que la Reforma en Telecomunicaciones
ponga al alcance de todos las ventajas de la tecnología, la calidad de los
contenidos y el respeto a la dignidad y privacidad de los ciudadanos? ¡Sin
verdad y sin justicia los monopolios sólo cambiarán de manos, la manipulación
de la opinión pública y de los contenidos la definirán los intereses
dominantes!
“Estas fueron la preguntas que le
hicimos al Presidente. Ojalá que sea para el bien de nuestro país”,
destacó Monseñor Romo Muñoz.
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