José de Jesús Vázquez Hernández
San Ignacio Cerro Gordo, en vida de uno de sus hijos ilustres, y de acuerdo al axioma popular que reza: “En vida hermano, en vida”, estimuló y reconoció públicamente a su gran benefactor, don Alfonso Patiño, quien a sus noventa y ocho años asistió pleno de facultades, saludando a sus familiares, amigos y coterráneos y políticos que atestiguaron dicho reconocimiento.
El sábado pasado tuve la oportunidad de visitar el nuevo municipio de San Ignacio Cerro Gordo, del que mucho se habló en su momento de proceso hacia la municipalización, y seguramente después de aproximadamente cinco años de haberse puesto en marcha las administraciones municipales, les puedo decir que han sido notorios sus avances, que se desarrolla, que camina en las diferentes áreas.
Claro, mucho se ha prosperado en lo socioeconómico y en lo cultural, las autoridades unidas con sus pobladores, con sus respectivos asegures van dando pasos, tal vez no como se quisiera, pero si como se puede, lo importante es que hay voluntad tanto mutua de superar las dificultades y de cubrir las necesidades más apremiantes de sus conciudadanos.
Ese día precisamente, me tocó ser testigo del caluroso reconocimiento otorgado a don Alfonso, ante la presencia del presidente municipal, señor Arturo Orozco Aguilar, acompañado de los regidores, de su amigo el señor Felix Bañuelos Jiménez, de los presidentes municipales de Yahualica y de Valle de Guadalupe y autoridades representantes de municipios aledaños y desde luego por familiares, amigos y paisanos del terruño.
Dicho reconocimiento consistió en un acto celebrado a un costado del kiosco, justamente donde se encuentra el monumento con el busto del festejado, espacio donde se colocó una placa conmemorativa con la siguiente leyenda: “El honorable ayuntamiento, 2010-2012, proclama: “Plaza Centenario, Alfonso Patiño”, en honor a nuestro gran benefactor. San Ignacio Cerro Gordo, Jalisco. 20 de agosto del 2011”.
El motivo que originó tal reconocimiento en vida de nuestro paisano, fue por acuerdo del ayuntamiento con base en sus numerosas obras realizadas desinteresadamente con el fin de colaborar tanto para resolver las necesidades más apremiantes de los más desfavorecidos, como para el embellecimiento de la población.
Una de las obras más sensacionales, sin duda es la “Casa de descanso Natividad Gutiérrez”, así denominada en honor a su abuela paterna, quien fue su protectora en sus años mozos, la cual da cabida a algunos ancianos abandonados, aunque la cultura de las familias de la región, en su generalidad apoya y protege a sus adultos mayores.
Hay quienes opinan que esta finca construida bellamente al pie de la serranía, de donde se observa un panorama esplendoroso para dar una cálida hospitalidad a sus huéspedes, es de las más confortables, no solamente del Estado, sino del país.
Nuestro personaje a sus noventa y ocho años de edad, se mueve con lucidez, tanto física como mentalmente, quien se mantuvo atento a todo lo acontecido en este reconocimiento, congratulando a sus amigos y paisanos, tanto durante el merecido reconocimiento, como en la rica y fraternal convivencia efectuada precisamente en esta magnífica mansión, construida por él, cuyo terreno fue donado también por la señora María del Carmen González e hijos.
Felicidades a quienes hicieron posible este homenaje en vida a uno de sus hijos predilectos y desde luego al agasajado. jjesusvah@hotmail.com
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