José de Jesús Vázquez Hernández
A propósito de nuestro personaje, Andrés Ortega Estrada, publica en su colaboración del diario El Universal del 25 de julio de 1965, la siguiente anécdota, que dice, le fue contada por el ingeniero Ricardo Lezama Michel, discípulo del Maestro: “Don Miguel cursó en Francia la carrera de ingeniero de Puentes y Calzadas; para bien de México tuvo la buena fortuna de contar entre sus maestros al sabio benefactor de la humanidad, don Luis Pasteur. En una de las pláticas que con él sostuvo, recibió el siguiente y paternal consejo: “Tu país es montañoso, si lo amas y quieres que sea próspero y feliz, lucha porque sus montañas estén siempre cubiertas de bosques”.
Eso fue precisamente lo que hizo don Miguel, luchó por la conservación de sus montañas que tantos daños han sufrido por la tala de quienes ven en ellas solo madera e intereses económicos, sin invertir un solo centavo en su reforestación y conservación para la vida misma.
En este mes de julio, no siempre en fecha fija, sino movible, se acostumbra celebrar en nuestro país y en el Estado, el día del árbol, en reconocimiento a la labor efectuada por el distinguido jalisciense José Miguel Ángel Ignacio Quevedo Zuvieta, por su empeño y dedicación a favor del medio ambiente y al fomento y conservación de la actividad forestal, acción que le valió ser considerado “apóstol del árbol” y “benemérito nacional”.
Jalisco no debe descuidar su gran acervo de valores, uno de ellos lo es este singular personaje nacido de una próspera familia en la ciudad de Guadalajara el 27 de septiembre de 1862, quien recibió el bautismo en el templo de El Sagrario Metropolitano, de manos del presbítero Manuel Portillo el 2 de octubre de ese mismo año, siendo sus padres don José Valente Quevedo y doña Ángela Zubieta.
Nos dicen sus biógrafos, que: “Como otros niños de clase alta, gozó de una variedad de privilegios, incluyendo una educación clásica en las mejores escuelas de Guadalajara. Como tenía una mente despierta, Miguel comenzó su educación universitaria en el seminario de Guadalajara en los primeros años de su adolescencia”,
Continuó sus estudios en el Distrito Federal y de allí pasó a Francia, donde Miguel adquirió su inspiración por la naturaleza y las montañas.
A su regreso a su patria, realizó grandes obras en las administraciones de don Porfirio Díaz, y en las siguientes, hasta Lázaro Cárdenas, como las del Puerto de Veracruz, además construyó dunas artificiales donde se plantaron árboles que aun disfrutan sus pobladores.
En la capital federal colabora en las obras de desagüe en el Valle de México y de saneamiento de su zona metropolitana, construyó importantes edificios y realizó trabajos sobre la necesidad del árbol para la vida humana, luchó contra la desforestación y promovió la reforestación de los bosques del país, impulsando la legislación sobre el tema y la creación de una Junta Central de Bosques.
Fallece en la ciudad de México el 15 de julio de 1946 a sus 84 años y a su memoria la Cámara de Diputados y Senadores lo declara “Benemérito Nacional” y se instauró el día del árbol, que bien podría ser celebrado el día de su muerte, el 15 de julio de cada año. jjesusvah@hotmail.com
Julio 13/2011
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