José de Jesús
Vázquez Hernández
La libertad de expresión y creencia a pesar de ser un
derecho universal del hombre (entiéndase hombres y mujeres) nunca ha sido fácil
practicarla, por lo general en todos lo pueblos y rincones del universo hay
grupos de personas interesadas en imponer criterios propios fundamentalistas,
sin conceder la oportunidad al resto de sus vecinos de opinar o creer
diferente.
Podemos
pensar en que la libertad de expresión es la reina de todas las libertades, sin
esta libertad las demás libertades pierden su sentido, estas palabras han sido
causa de gran derramamiento de sangre, pueblos enteros han librado feroces
batallas para obtener o recuperar esta garantía propia del ser humano, otros
las han librado por restringirla.
La
libertad de expresión de las ideas y creencias ha sido causa de una constante disputa
entre gobiernos y sociedad, abanderada generalmente por periodistas y medios de
comunicación como voceros de la sociedad, anuncian y denuncian a través de los
diferentes géneros literarios los hechos que consideran lesivos para el
bienestar social.
Un caso
reciente de intolerancia a este derecho lo hemos vivido a través de los
noticieros que nos transmiten desde Paris, consistente en el ataque a
directivos y trabajadores de la revista Charlie
Hebdo, que no es el único, ni el primero pero es un ataque efectuado a un
medio de comunicación en una nación y
una ciudad que es considerada el corazón de la libertad, de la igualdad
y de la fraternidad.
El hecho
ya de inicio es deleznable donde quiera que se realice, sin embargo pareciera
que al ser efectuado en Paris, le adhiere un agravante al delito que ha sido
repudiado por los países que se precian de proteger los derechos humanos donde
la libertad de expresión y religiosa tienen sustento y ambas son el fruto de
una sociedad que convive en armonía con un gobierno democrático.
La
Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que "Todo
individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su
persona".
Al
respecto la Constitución Política de México establece y tiene especial cuidado
en legislar sobre estos derechos de la libertad de expresión y de creencia.
En el caso
de la libertad de expresión, le dedica los artículos 6º y 7º constitucionales
en los que en síntesis determinan la libre manifestación de las ideas, salvo
que ataquen la moral, los derechos de tercero o provoquen algún delito; además
determina que es inviolable la libertad de escribir y publicar escritos,
ninguna ley puede establecer censura, ni coartar la libertad de imprenta.
Podemos
concluir en que los fundamentalismos son extremosos y no siempre son los más
convenientes en la toma de decisiones, suele comentarse que en el término medio
está la virtud, sin embargo, Aristóteles también afirmaría que no toda acción
ni toda pasión admite el término medio, pues hay cosas malas en sí mismas.
Hay que
estar vigilantes, pues igual se dice, cuando veas las barbas de tu vecino
cortar, pon las tuyas a remojar, por aquello de las dudas, pues muchos casos de
acciones fundamentalistas y extremosas estamos sufriendo a nuestro alrededor,
no tenemos que acudir tan lejos para tomar conciencia de ello, solo observemos
y sigamos luchando para que estos derechos no sean coartados.
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