PINTANDO SU RAYA (a propósito de religión)

Por Carlos Neri Torres
Cuando se diferencía la humildad y la palabra de Dios se entra a una realidad, se és católico o parte de una religión luego de cubrir varios requisitos o se es creyente de una filosofía de la vida apartándose de excesos.

La semana pasada al visitar la Ciudad de Tulare California entré a un pequeño templo catñolico lleno de asistentes al lavatorio de los pies en "semana santa "como una replica de lo que se dice Jesús lavó los pies de sus discípulos  tome varias fotografías pero al acercarme más, el sacerdote paró su segundo lavatorio, volteo hacia mi,  ante la mirada de asistentes que habían subido al pre altar y me dijo "hagame el favor de retirarse"  no siendo muy amable, y ante el silencio de todos los presentes del acto religioso logrando sentirme como un sacrílego y mal católico.

Esto es muy normal en el comportamiento de aquellos que se dicen representantes o portavoces de la palabra de dios o al menos en muchos de ellos.

El égo, o el engaño sale a flote o el carácter que esconden  bajo una sotana, bajo una imagen que ha conllevado una cultura en América Latina ante un pueblo sediento de la verdad o la magia de la salvación tan anunciada.

En tiempos dificiles sale la verdadera cara no muy amable de los siervos de Dios.
Que aunque muy cultos en teología no acercan la humildad tan mencionada en los evangelios.

Salta a la vista, varias incongrucias, que "el dios de los judíos sea propiedad de los Romanos, y  solo sea manejado oficial por los nuevos romanos", aquellos que tanto los persiguieron cuando Jesus predicó la palabra y los judíos sean los hermanos separados del Dios de amor, de justicia celestial y la humildad.