José de Jesús Vázquez Hernández
Desde
hace años hemos venido observando y sufriendo la descompensación de la
naturaleza, por efectos de la contaminación producida por la acción
irracional del hombre, que abusa de los recursos renovables y no
renovables, contaminando todo a su paso, atmósfera, ríos, mares,
lagunas, arroyos, barrancas, caminos, todo con basura a su paso.
Esta actitud aunada a la fabricación inagotable de vehículos contaminantes, las armas nucleares,
los desechos contaminados de las empresas industriales y de todas las
que tienen obligación de tratar sus aguas, pero que no lo hacen y las
derivan a los ríos, que son utilizados como drenaje, está produciendo
efectos que se revierten en contra de la humanidad.
Al
respecto me viene a la mente ese dicho popular, que dice: Dios siempre
perdona, el hombre a veces, pero la naturaleza nunca perdona, creo que
es lo que ahora está sucediendo, la naturaleza comienza poco a poco a
tomar las represalias que muchos de nosotros nos merecemos.
Los
tsunamis, los terremotos, las lluvias descompensadas, que cada año se
salen de sus cauces invadidos e inundan amplios espacios a cambio de
dejar sin gota de agua a otras latitudes, como acontece regularmente en el sur y en el norte de nuestro país.
El
calor que cada año aumenta de grados y las lluvias que ya no son tan
regulares como nos tenían acostumbrados y las que escurren por las
cuencas son captadas en presas dejando a los habitantes de más abajo sin
su beneficio y la poca que dejan escurrir generalmente llega contaminada, creando conflictos, o sea que la guerra por el agua se comienza a manifestar.
Todas esas causas que han
dado origen a las impredecibles consecuencias, ha sido motivo de
estudios por la Asamblea de las Naciones Unidas, con el fin de
concientizar a los pueblos de la necesidad de mejorar el medio ambiente
que nos rodea, por lo que implantó “El día mundial del medio ambiente” establecido por la resolución 2994 (XXVII) desde 1972, y que ahora se celebra cada 5 de junio.
La finalidad del mismo de acuerdo con la Organización, es “darle
una cara humana a los temas ambientales, motivar que las personas se
conviertan en agentes activos del desarrollo sostenible y equitativo,
promover el papel fundamental de las comunidades en el cambio de actitud
hacia temas ambientales,
y fomentar la cooperación, la cual garantizará que todas las naciones y
personas disfruten de un futuro más prospero y seguro”.
En ese tenor, México ha hecho su parte, en el marco de la celebración del medio ambiente, la Cámara de Diputados aprobó el dictamen de ley y el presidente Felipe Calderón firmó el decreto que crea la Ley General de Cambio Climático, que busca mitigar la emisión de gases y buscar la adaptación del cambio de clima, que encamine a México a través de una economía verde competitiva.
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