José
de Jesús Vázquez Hernández
El Papa Francisco viene a México invitado por
los obispos de las diferentes diócesis y por el presidente de la República
Mexicana, Enrique Peña Nieto, no como juez sino con el deseo primordial de
visitar a la Virgen de Guadalupe y a confirmar al pueblo en su fe como el buen
pastor de la grey que representa y a solidarizarse con los problemas que
afectan a su grey.
En esta ocasión los mexicanos tenemos la
oportunidad de recibir una visita, pero no de cualquier visita, la visita de un
personaje reconocido como uno de los líderes más distinguidos mundialmente,
cabeza de la Iglesia Católica, con varios millones de fieles seguidores y
seguramente con la autoridad moral más trascendental para los cristianos y para
un numeroso grupo de personas que piensan diferente.
México ha tenido el privilegio de recibir varias
visitas papales desde que su santidad Juan Pablo II, nos visitó la primera vez el
26 de enero al 1° de febrero de 1979, meses después de haber sido electo
pontífice; la segunda, del 6 al 13 de mayo de 1990; la tercera fue el 11 y 12
de agosto de 1993; la cuarta del 22 al 26 de enero de 1999 y la quinta del 30
de julio al 1° de agosto del 2002.
Diez años después el Papa Benedicto XVI también
nos visita del 23 al 26 de marzo del 2012 por primera y única vez. Ahora se
encuentra entre nosotros el Papa Francisco, quien estará ante un gran número de
mexicanos y visitantes del 12 al 17 de febrero del 2016, tiempo en el que
visitará algunas ciudades de los estados Ciudad de México, Chiapas, Michoacán y
Chihuahua.
En los recorridos por los diferentes lugares
estos personajes son reconocidos y homenajeados por millones de personas que
ven en ellos un representante de Dios en la tierra, quien viene con autoridad
moral, aunque ahora también son recibidos como jefes de Estado desde 1992 y
reciben los homenajes correspondientes por las autoridades del lugar de acuerdo
a su jerarquía.
Jorge Mario Bergoglio, se caracteriza por ser
el primer Papa en nombrarse Francisco en reconocimiento a la sabiduría y
humildad de San Francisco de Asís, es el primer Papa latinoamericano nacido en
Argentina, el primer electo de la Compañía de Jesús, quien desde su nominación
ha roto con algunos protocolos oficiales practicados tradicionalmente en el
Vaticano.
Después de una escala en Cuba, donde fue
recibido por Raúl Castro y de su entrevista con el patriarca de la Iglesia
Rusa, Kirill, un acontecimiento histórico después de la división en la Iglesia
ocurrida hace ya diez siglos, con la esperanza de lograr un nuevo reencuentro,
llega a nuestro país no como juez, sino con un mensaje pastoral pleno de buenas
intenciones y nuevas oportunidades.
Esperamos que los mensajes de paz y esperanza
del Papa Francisco lleguen a todos los mexicanos y ahora que estamos en
cuaresma, los reflexionemos con el propósito de superar las fuerzas del mal que
asechan por doquier y a esforzarnos solidariamente para tender hacia una vida
de mayor justicia y paz que se refleje en bienestar para todos los mexicanos.
Febrero 13/2016
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