Tijuana, B. C. a 21 de febrero de 2012
El Excelentísimo Señor Arzobispo Metropolitano, Don Rafael Romo Muñoz, nos invita a profundizar en nuestra relación con Dios en este tiempo de Cuaresma.
“Con el miércoles de ceniza empieza el tiempo de la Cuaresma. La Iglesia asume estos cuarenta días llamados cuaresma, de preparación para algo muy importante. Por lo tanto la Cuaresma es un camino. No es la meta. Es un camino que nos conduce hacia la celebración de la Pascua, es decir, la celebración gozosa del misterio central de nuestra fe: que Dios muere por nosotros, vence de esta manera el pecado, resucita para darnos la seguridad de que después de una vida de esfuerzo, dedicación, nos espera la vida eterna”, dijo Monseñor Rafael Romo Muñoz.
Explicó el Arzobispo que a lo largo de todo el año la Iglesia lleva un ritmo litúrgico, ya que son 52 semanas que se van distribuyendo en tiempos especiales como son el de Adviento, Navidad, la Cuaresma y la Semana Santa.
Detalló que son cuarenta días como símbolo de que se va buscando algo muy importante, como el simbolismo de la Biblia, como cuando humanamente hablando, Dios se arrepintió de haber creado al ser humano y quiso rectificar, y entonces durante cuarenta días y cuarenta noches se vino el diluvio como preparación de algo nuevo.
También cuarenta años recorrió el pueblo israelita en busca de la tierra prometida; y los cuarenta días de retiro de Nuestro Señor Jesucristo en el desierto, como preparación para iniciar su predicación, su mensaje de conversión.
Destacó el Arzobispo que en este tipo de cuaresma se nos invita a una actitud de sacrificio, mayor dedicación a la oración y meditación.
“Debe llevar todos aquellos elementos que nos ayuden a la conversión, a rectificar nuestra vida para irle dando el giro que convenga, con el fin de que podamos ser dignos hijos de Dios, imagen suya. Que por lo tanto lo vamos a reflejar en nuestro vivir”, invitó Monseñor Romo Muñoz.
Y que en este tiempo de cuaresma de se nos pide a lo largo de estos cuarenta días, con esta mortificación, que el miércoles de ceniza y el viernes santo sea de ayuno y abstinencia, donde todos los adultos, a partir de los 14 años de edad pueden participar.
De tal manera que invita a todos los católicos a confesarse para que puedan vivir con mayor gozo el triduo pascual, días en que Nuestro Señor Jesucristo vivió su pasión, muerte y resurrección.
El Arzobispo impondrá ceniza mañana miércoles 22 de febrero a las 8:00 de la mañana en la Catedral Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada en la Calle 2da y Niños Héroes No. 7982, centro.
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