miércoles, 12 de mayo de 2010

LA SALUD DEL PUEBLO ES LA SUPREMA CORTE

LA SALUD DEL PUEBLO ES LA SUPREMA LEY
José de Jesús Vázquez Hernández
Con el fin de ayudar a la humanidad doliente nació en 1794 una parte del valioso patrimonio donado por el obispo fray Antonio Alcalde a los pacientes pobres que no tenían influencias, ni recursos para ser atendidos de sus enfermedades en otros centros hospitalarios donde se requería y se sigue requiriendo una fuerte suma de dinero de la que carecemos la gran mayoría de mexicanos.
Fue un 3 de mayo de hace 216 años cuando, según narran las crónicas, los frailes Betlemitas, que atendían a los enfermos de un hospital que se encontraba donde ahora es el mercado Corona, se dirigieron a las instalaciones del entonces reciente Hospital real de San Miguel de Belén, ahora Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, llevando consigo a sus enfermos y causando admiración y asombro entre la gente que los veía pasar como si aquello hubiera sido un desfile.
Sin duda que este gran proyecto, que sigue siendo una solución para encontrar consuelo y esperanza a quienes acuden a solicitar un servicio médico y cura a su dolor, es un ejemplo de la gran obra realizada por su benefactor a la humanidad, sigue vigente y se mejora constantemente.
Por un tiempo, no fue tan esperanzador para un enfermo acudir a este centro hospitalario que se movía entre carencias de recursos humanos y económicos, sin embargo en la actualidad se escucha con frecuencia a los pacientes que allí son atendidos recibir una muy buena atención de todo su personal y se expresan gratamente de la capacidad y pericia de sus médicos especialistas que allí ofrecen sus servicios.
Así que ahora que acaba de cumplir años de su fundación, la magna obra de su creador, por sus grandes aportaciones a favor de la “humanidad doliente” bien merecen una felicitación quienes la hacen posible y a continúan sin descanso y solidariamente.
En los espacios aledaños de este centro hospitalario, se encuentran diversas áreas de especialidades médico quirúrgicas, donde cada vez se atienden patologías que requieren un tratamiento especializado en beneficio de pacientes que acuden a estos servicios de diferentes poblaciones tanto del Estado como de otros circunvecinos.
Fray Antonio Alcalde Barriga, quien nació el 15 de marzo de 1701 en la villa de Cigales de Castilla España, no pudo ver terminada su obra por haber fallecido el 7 de agosto de 1792, aquí en Guadalajara, y cuyos restos mortales descansan en otra de sus importantes edificaciones que fue el Santuario de Guadalupe.
Termina su vida como obispo de la diócesis de Guadalajara de 1771 a 1792, fecha en que falleció el autor de la expresión “La salud del pueblo es la suprema ley” y uno de los benefactores más sobresalientes de nuestro Estado y de la humanidad entera a la que sirve, con el propósito, de acuerdo con sus autoridades de conservar su carismática filosofía de “ayudar a la humanidad doliente y mejorar en funcionalidad y de ser la mejor unidad de Occidente. jjesusvah@hotmail.com

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