José de Jesús
Vázquez Hernández
A propósito del mal que se manifiesta de diferente manera en
la sociedad, me recuerda la conversación del peluquero quien le comenta al
cliente - yo no creo que Dios exista, porque si existiera no habría tanta
violencia, impunidad e injusticia - el cliente se queda callado, sale a la
calle y ve a un hombre barbudo y regresa con el peluquero y le dice: los barberos
no existen, el peluquero le replica, sí existen, aquí estoy yo.
El cliente agrega, los peluqueros no existen, si existieran
no habría tantas personas con el cabello tan largo - lo que pasa, le dice el
peluquero, esas personas no vienen conmigo. Eso es lo que pasa con Dios, Dios
si existe, lo que pasa es que las personas no van hacia él, no lo buscan, por
eso hay tanto dolor y miseria.
Les platico que estando en la antesala de una notaría
parroquial en espera de tener una entrevista con el párroco del lugar, ya
dentro en su oficina, tocaron la puerta unas personas y el párroco me pidió que
si lo podía esperar afuera, que en seguida me pasaría, pues tenía un enfermo
grave que atender, en eso una familia ingresó arrastrando a un joven de unos
treinta años con la mirada perdida.
En la antesala esperábamos varias personas con el propósito
de ser atendidos por el párroco, unos minutos después de haber ingresado a la
oficina del sacerdote, se escucharon del interior entre tres y cuatro rugidos
terribles que nos pusieron los pelos de punta a los presentes, quienes nos
mirábamos mutuamente con temor, en eso una señora que estaba a mi lado comentó
que el párroco tenía la facultad de exorcizar y que le traían enfermos de
diferentes lugares.
En esos momentos las personas que estaban en espera se
fueron retirando, incluido yo, y comprendí que no es lo mismo tener el
conocimiento de un hecho que experimentarlo como lo hace el sacerdote que lo
enfrenta directamente o las personas que lo acompañan, pues el solo escuchar el
rugido de un espíritu inmundo enfurecido es aterrador, imaginemos lo que
representa ser poseído o enfrentar a uno de ellos.
La presencia del mal sigue asechando a la humanidad, aún más
si le abrimos la puerta, ya dentro ataca desde diferentes trincheras con el fin
de apoderarse no solamente del interior de las personas, sino de su cuerpo, ya
el evangelio presenta varios episodios de personas poseídas que son llevadas
con el Maestro para que les expulsara el espíritu inmundo que los poseía.
Los evangelistas Marcos 1,21 y Mateo 8,28 narran la reacción
de estos espíritus inmundos cuando eran expulsados, protestaban y daban un
fuerte grito con reclamos, igual que en las películas que tratan el exorcismo,
pero no es lo mismo haberlo leído o escuchado en una película que
experimentarlo en vivo como sucede con los ministros que tienen la facultad de
exorcizar, los ataques y amenazas que reciben son terribles a cambio de alejar
el mal de algunas personas poseídas.
Mayo 30/2015
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