José de Jesús Vázquez Hernández
Es de generales conocidas que lo prohibido ejerce un atractivo agregado a la imaginación y curiosidad del hombre que lo motiva a ver o investigar que hay atrás de tal o cual prohibición y ese escenario no dejará de influir en su imaginación hasta descubrir personalmente que hay más allá de la frontera prohibida y experimentar personalmente tal o cual prohibición.
Ya la Biblia en Génesis 2,15-17 señala, que una vez que Dios creó al hombre y lo colocó en el jardín del Edén, para que lo guardara y los cultivara, el Señor Dios le dijo al hombre: “Puedes comer de todos los árboles del jardín; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comas, porque el día en que comas de él, quedarás sujeto a la muerte”.
Seguramente este fue el inicio en que despertó tanto la curiosidad como la imaginación de Adán a quien pronto Dios le formó una mujer y se la presentó al hombre y el hombre emocionado exclamó, ¡esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Y seguramente Adán instruyó a su mujer Eva de las normas recibidas de su Creador, incluida la de no comer del árbol prohibido.
Lo más probable es que a partir de haberle compartido a Eva dicha determinación, probablemente con más vehemencia la mujer, ambos se vieron interesados en descubrir qué pasaba si desobedecían y pronto sucedió lo que tenía que pasar con la ayuda de la serpiente, un animal astuto, que les dijo, cuando coman de ese árbol se les abrirán los ojos y serán como Dios, conocerán del bien y del mal.
A partir de ese experimento llegaron las penalidades, no solo para esta primera pareja, sino para toda la humanidad, suele decirse entre reuniones de café, las leyes son para violarse, pero cuántas desgracias acarrean esas transgresiones a las normas de toda índole, de allí que ahora se hable de la despenalización de la tenencia de droga para cura y consumo.
Recientemente en la inauguración del Cuarto Foro de Debate Nacional sobre el Uso de la Mariguana, propiciado por la Secretaría de Gobernación instalado aquí en Guadalajara, el gobernador Aristóteles Sandoval, señaló: “Una política prohibicionista se traduce en el aumento al consumo y representa un aliciente financiero que no merece el más perverso de nuestros enemigos: el crimen organizado”.
Ante los costos y perjuicios que conllevan la persecución y cuidado de quienes están privados de su libertad por consumirla, la implicación del crimen organizado y el Estado en este asunto, las muertes y desapariciones ocasionadas en este proceso, serán temas que tendrán que analizarse para fijar una postura que encause más las baterías hacia la prevención de las adicciones.
Marzo 18/2016
