lunes, 25 de enero de 2016

TEMA DE ESTUDIO APEGO AL TERRUÑO

José de Jesús Vázquez Hernández 
En una de mis colaboraciones anteriores traté el tema de las festividades en las diferentes poblaciones jaliscienses y son bastantes las que en este primer mes del año festinan a su santito en cada terruño, tiempo en que una gran cantidad de “hijos ausentes” que salen en busca de una mejor oportunidad de vida, regresan con el alma henchida de contento por apego al terruño que los vio nacer.  
De estos hijos ausentes, que salen a veces por necesidad o problemas económicos, otros lo hacen por experimentar una simple aventura, y no faltan quienes lo hacen por el solo deseo de ausentarse o liberarse de la tutela paterna, dado que en su parcela o terruño tienen las condiciones favorables para sobrevivir sin penurias económicas.  
La mayoría, no todas las personas que emigran por cualquiera de los motivos citados lo hacen a los Estados Unidos en busca del “sueño americano” entre comillas, toda vez que ese sueño se ha convertido en tumba fatal, y a veces solo queda como recuerdo una pequeña cruz, de las que hay bastantes en las fronteras como acontece entre Tijuana y San diego.  
Quienes se van temporalmente con la esperanza de encontrar una pronta solución a su problema económico y tienen la suerte de hallar trabajo, que no siempre es bien pagado, pero generalmente les rinde más al multiplicar los dólares que resultan del salario mínimo que les pagan por hacer trabajos que los nativos se rehúsan a realizar dejan en su comarca a su familia y demás apegos.  
Varias de estas personas son acogidos por algún familiar o conocido que les abre las puertas mientras se estabilizan de alguna manera y una vez que reciben su primer cheque se convierten en una solución para su familia al aportar recursos que son invertidos en el terruño de donde provienen, quienes a su regreso también aportan experiencias que benefician el modus vivendi de su comunidad.  
En ese devenir resulta de generales conocidas que los trabajos más pesados y más mal pagados, al menos casi todos, los ejecutan los hispanos, tal vez por desconocimiento de la lengua de origen, por falta de un oficio, una carrera técnica o profesional o por abuso de los empleadores, situaciones que casi todas tienen una posible solución. 
Parte de esta problemática podría corregirse con esfuerzo y con ayuda de autoridades civiles y eclesiásticas, si quienes emigran estudian y se capacitan ya sea en su terruño o en el lugar donde se encuentran como ya lo han hecho con bastante éxito una gran mayoría de nuestros paisanos que desempeñan buenos trabajos mejor pagados o instalan su propio negocio que crea fuentes de empleo.  
La mayoría de los hijos ausentes de diversas regiones como San Ignacio Cerro Gordo van y vienen cada año, otros lo hacen periódicamente, pero salvo alguna excepción, todos retornan a final o principio de año cuando en el país donde residen las temperaturas se vuelven inhóspitas y motivados por su familia, las festividades y los amigos, regresan por el apego que le tienen a su terruño. 
Enero 23/2016        

   

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