miércoles, 3 de septiembre de 2014

EL SALARIO MINIMO Y LO MINIMO DEL SALARIO

José de Jesús Vázquez Hernández
No es lo mismo el salario mínimo que lo mínimo del salario, aunque van ligados uno y otro aspecto, tema que ha dado mucho de que hablar en los últimos días por aquello de promover una consulta pública para ver si la mayoría está de acuerdo en aumentar el salario mínimo por decreto para que cubra un mínimo de necesidades primarias de las personas.
El salario mínimo ya desde la constitución de 1917 en su artículo 123 fracción VI quedaba establecido la base por primera vez, para regular el trabajo y desde luego el salario mínimo general y profesional que deberían obtener los trabajadores a cambio de su trabajo, lo que dio pie para las leyes laborales en los estados y después la Ley Federal del Trabajo.
A partir de 1917, se tuvieron que hacer algunas enmiendas a la Constitución para facultar al Congreso a expedir leyes del trabajo reglamentarias del artículo 123 y en 1931 se promulgó la Ley Federal del Trabajo y en 1934, siendo presidente de la República Abelardo Lamont Rodríguez se estableció el primer salario mínimo de alcance nacional.
La finalidad del salario mínimo general y profesional, de acuerdo con la Constitución, consistía en un ingreso que fuera suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural y para proveer a la educación obligatoria de los hijos; en cambio los profesionales se fijarán considerando, además, las distintas actividades económicas.
Los salarios tanto mínimos como profesionales se regularán por una comisión nacional integrada por representantes de los trabajadores, de los patrones y del gobierno, lo que ha venido funcionando desde que se estableció en 1934 permaneciendo en la Ley Federal del Trabajo que entró en vigor en 1970, después de ser derogada la de 1931.
Desde entonces se ha venido jugando una carrera dispareja entre los precios de los productos y el salario mínimo, mientras el costo de los productos rebasa ampliamente al salario mínimo, éste se da una recuperadita, cuando la comisión cada año determina la inflación, pero nunca logra emparejar con el costo de la vida y poco se toma en cuenta por los prestadores de servicios. 
El tema siempre ha dado motivo a los políticos para prometer mejorarlo, aunque una gran cantidad de trabajadores, cada vez menor, aun están sujetos a recibir un salario mínimo, como la gran mayoría de los pensionados del IMSS, que son regulados por esa norma, sin embargo, cada vez se encuentran menos personas dispuestas a trabajar por un salario mínimo al día.
Actualmente ha dado tema de qué hablar y se plantea la necesidad de conocer qué opina la gente al respecto, si se aumenta por decreto o se queda como está, por las implicaciones que tiene cada vez que se regula, toda vez que a su alrededor giran y se regulan numerosas disposiciones tomando como base el salario mínimo.
Seguramente lo prudente será aumentarlo, pero lo más conveniente es regular los precios de la canasta básica y no básica, no aumentando el precio a capricho de intermediarios, suprimir cargos públicos innecesarios, no fijarse altos salarios en la burocracia dorada y plateada, combatir la corrupción y desde luego crear trabajos dignos y bien remunerados, para que el salario mínimo logre al menos el mínimo de bienestar de los trabajadores planteado en la Constitución.  

Septiembre 3/2014

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