jueves, 26 de junio de 2014

PRIMERO COMER QUE SER CRISTIANO

  José de Jesús Vázquez Hernández  

A propósito de la Cruzada Nacional contra el hambre en México y en Jalisco, que con base en varios programas se viene promoviendo por el Presidente Enrique Peña Nieto en las diferentes entidades federativas y el gobernador Aristóteles Sandoval en Jalisco, nos recuerda este axioma popular que se repite con frecuencia, cuando tratamos de jerarquizar algunas de nuestras responsabilidades.  
Si bien es cierto que Dios quiere lo mejor para sus hijos, también su amor es preferencial, sin embargo hay ocasiones en que valiéndonos de la interpretación ad hoc, ponemos en primer lugar nuestras ocupaciones urgentes que a diario realizamos y dejamos en segundo término lo realmente valioso, lo importante para nuestra vida.  
Esta Cruzada ha enfocado una de sus acciones al combate del hambre, dado que los analistas nos dicen que hay una gran cantidad de personas que viven con hambre en los diferentes municipios de la República, y una de sus metas es disminuir el porcentaje de personas que no tienen lo indispensable para alimentarse o al menos saciar su hambre temporalmente.  
Hay muchas razones causantes de este padecimiento que se está haciendo crónico, una es la gran diferencia de ingresos entre la población, mientras unos pocos acumulan grandes fortunas, otros que es mayoría viven con dificultad y una gran parte que son los más desamparados, ni siquiera alcanzan para satisfacer sus necesidades básicas como es alimentarse.  
Varias son las causas, que vienen a engrosar el problema, puede ser la inseguridad, los bajos salarios, el trabajo informal, la falta de oportunidades, ausencia de mayores fuentes de trabajo con empleos mejor pagados, los productos de primera necesidad cada vez suben de precio, y los energéticos como la gasolina, el gas y la electricidad prioritarios para el desarrollo no dejan de aumentar su precio.  
No falta quien diga que esto le conviene al gobierno, pues a cambio de un plato de lentejas, obtienen la voluntad de un sinnúmero de seguidores que se ven beneficiados con los programas, a quienes pueden inculcar para votos a su favor, pues según dicen los estudiosos del tema, el gobierno federal sigue operando con una visión asistencialista, con poco impacto para la reducción de la pobreza alimenticia.  
Ven en los programas de antes y de ahora con la Cruzada, que se sigue generando una dinámica clientelar con los más pobres, en lugar de verlos como sujetos de su propio desarrollo, se les trata como objetos de ayuda gubernamental”, bien se dice cuando se quiere ayudar verdaderamente a una persona que antes de darle el pescado, es mejor enseñarla a pescar.  
Es posible que algo de esto haga falta, crear más fuentes de desarrollo, no solo en los grandes centros de población, también en el campo donde está una gran fuente de producción, que no ha podido despegar, a veces por la burocracia, los intermediarios, los productos mal pagados cuando los cosechan y una vez que pasan de mano estos aumentan de precio.  
En fin los problemas son bastantes, pero las soluciones también, hay que insistir en la educación, en escuelas que formen técnicos capacitados en las diferentes áreas del desarrollo, en la investigación y no siempre es primero comer que ser cristiano, hay que darle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. 

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