jueves, 28 de noviembre de 2013

EL PAPA FRANCISCO, REVOLUCIONARIO…

José de Jesús Vázquez Hernández 
El papa Francisco publicó el martes pasado la primera exhortación apostólica de su papado, Evangelii Gaudium (Alegría del Evangelio) un documento escrito enteramente por él y que marca la ruta de su pontificado con el propósito de introducir grandes cambios en las estructuras de la Iglesia católica, incluso en lo más alto de su organización, en el mismo pontificado.   
El Papa Francisco desde la misma toma de posesión ha estado en el candelero al tratar de innovar la sede Papal y las normas tradicionales de llevar a cabo algunas ceremonias y donde debería habitar el sucesor de Pedro, quien eligió un lugar más apropiado para estar en contacto con la gente, donde seguramente se siente más en familia.  
Si tomamos el sentido que tiene la palabra revolucionario de cambiar rápidamente un sistema, reformar, de innovar de modificar, podría decirse que se trata de un Papa revolucionario, al promover cambios profundos en las estructuras eclesiales, donde la descentralización y la apertura a las sugerencias la acercarán más a los pobres.  
En esta exhortación apostólica, señala: "Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades", o sea que prefiere correr riesgos trabajando en la calle con las personas necesitadas, que encerrada en su comodidad. 
Pretende cambiar algunas tradiciones de la Iglesia católica, aunque no especifica cuáles y al respecto afirma: "Pueden ser bellas, pero ahora no prestan el mismo servicio en orden a la transmisión del Evangelio. No tengamos miedo de revisarlas. Del mismo modo, hay normas o preceptos eclesiales que pueden haber sido muy eficaces en otras épocas, pero que ya no tienen la misma fuerza educativa como cauces de vida" 
Sin embargo hay temas como el aborto y el sacerdocio de las mujeres, que probablemente no sufrirán cambios, pues seguirá la doctrina que ha defendido por siglos, tal vez pudiera ser un tema de estudio el de los sacerdotes en receso, los que han dado un giro a su vida con decisión, al cambiar de actividad, con permiso o sin permiso y se han insertado al laicado.  
Este sector se ha incrementado, no siempre por el peso que les impone el celibato, aunque es uno de los factores que más influye, sin embargo no es el único, hay diferentes motivos como el que cada uno de ellos le indujo a tomar esta decisión tan polémica y trascendental no solo para su vida, sino para su familia y la comunidad donde nació.  
Dentro de este importante segmento de sacerdotes en receso hay un grupo de ellos que estarían dispuestos a regresar y retomar de nuevo su misión, en caso de ser aceptados en su nueva situación de casados, algo que hasta la fecha no ha sido contemplado, pero es un asunto que dentro de esta revolución podría retomarse o reconsiderarse, pues representan una gran fuerza de la Iglesia. 
Esta posibilidad asimilada de nuevo, podría ser un apoyo para la Iglesia misionara, al menos si se les permitiera participar en aquellas tareas de evangelización y sacramentales que los ministros laicos llevan a cabo en las comunidades parroquiales. El Papa revolucionario y el tiempo lo dirá. jjesusvah@hotmail.com 

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