José de Jesús Vázquez Hernández
A propósito del mes patrio que está por terminar y en el que se programan diferentes actos cívicos y florales para conmemorar hechos históricos acaecidos alrededor de la independencia de México, me viene a la mente la obra épica literaria de Bernardo de Balbuena, La grandeza mexicana.
Pero antes, en este mes dedicado a la patria, el uno se abrió con el inicio del primer periodo de sesiones ordinarias del Congreso de la Unión y con la presentación de unas iniciativas del presidente Felipe Calderón Hinojoza, en la que llama la atención la Reforma Laboral.
El
día 13, es un día patrio más juvenil, por tratarse del aniversario del
sacrificio de los Niños Héroes de Chapultepec, con actos cívicos
solemnes efectuados por doquier, tanto en las más soberbias metrópolis,
como en las más humildes plazas y escuelas de nuestro polifacético territorio.
La siguiente fecha no es muy recordada, pero eso no hace que sea menos importante, se trata del día 14 de septiembre, cuando nuestra hermana república de Chiapas se incorpora al pacto federal,
después de un plebiscito en el que los “propios habitantes decidieron
su anexión a México o a Guatemala, del que resultó que una mayoría votó
por la mexicanización de Chiapas”.
El
día 15, de todos conocido El Grito, el acto más significativo para los
mexicanos, la noche del Grito, acto en el que el señor presidente de la
República desde el balcón central de Palacio de Gobierno, emite y repite de alguna manera las palabras, que Hidalgo expresó en Dolores Hidalgo, al inicio de la Independencia de México.
Al
siguiente día 16, se recuerda el aniversario propiamente dicho de la
independencia de México, con ese magno desfile militar y un sinnúmero de
desfilitos en todas las polis y terruños del país, donde los alumnos de
las escuelas juegan un papel muy importante.
Finalmente el 27/1821, se conmemora la consumación de la independencia y el 30/1765, nace don José María Morelos y Pavón, en Valladolid, hoy Morelia en su honor, uno de los próceres más destacados de la Independencia.
Todo esto a la par del mes de la patria, me recuerda el poema épico de Bernardo de Balbuena La grandeza Mexicana, escrito en 1603 en tercetos endecasílabos, calificado como “El verdadero patriarca de la poesía americana”.
Si bien no se tienen
datos muy precisos de su origen, sin embargo don Carlos González Peña,
nos remonta a Valdepeñas, España, donde dice que nació un 20 de
noviembre de 1568.
Comenta que fue traído a México muy niño por su padre, donde hace sus estudios hasta el bachillerato, de igual manera don Victoriano Salado Álvarez opina que nació
y se educó en Guadalajara, Jalisco) y la historiadora Sara Velasco
Gutiérrez, comenta que se llegó a suponer que había nacido en
Guadalajara y agrega que “A la edad de 24 años inició la carrera
eclesiástica, y en 1592 era capellán de la audiencia de Guadalajara ,
pasando luego como cura a las minas del Espíritu Santo y Partido de San
Pedro Lagunillas, cerca de Compostela (lugar de origen de su padre)”.
Regresó a España ya formado, donde obtiene el grado de doctor en teología en la Universidad de Siguenza, España y a su regreso a América fue nombrado abad de la isla de Jamaica (1608) y en 1620 obispo de Puerto Rico, donde murió el 11 de octubre de 1627.
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