José de Jesús
Vázquez Hernández
Es justo y necesario hablar de la mujer en el día
internacional dedicado a ella como un reconocimiento a su gran aportación al
desarrollo de la humanidad, de la familia y de la sociedad, en virtud de ser la
fuente que el Creador eligió para poblar la tierra, es vida, es inspiración,
pero sobre todo es madre.
Como en todas las fechas del año apartadas para reconocer
determinados valores, se prestan para hacer homenajes, elogios y
reconocimientos, muy merecidos por cierto, tal vez efímeros y pasajeros, pero
no hacerlos sería aun más ingrato, ya que reconocer los méritos en vida de una
persona o sector, es doblemente meritorio, porque halaga a quienes lo reciben.
El camino que la mujer recorrido para lograr ciertos
beneficios que la equiparen con los derechos del varón, ha sido difícil y
sinuoso, pero ello no las inducido a desistir, han remado contra la corriente,
contra la injusticia, contra la discriminación que sufren, por su color de la
piel, por su limitación de recursos económicos y culturales, y por el solo
hecho de ser mujer.
En diferentes partes del mundo se han manifestado con el fin
de exigir sus derechos, a costa de su propia vida, y los antecedentes de esta
celebración son demasiados, sin embargo hay uno que nos remonta a aquellas
mujeres que murieron carbonizadas en un establecimiento laboral, intentando
conquistar mejoras laborales, higiénicas y de seguridad.
El suceso que marcó la celebración moderna del Día
Internacional de la Mujer fue el incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist de
Nueva York, el 25 de marzo de 1911, al causar la muerte de 146 trabajadoras, la
mayoría de ellas jóvenes inmigrantes.
“De las cenizas de ese trágico evento surgió la llama de la
búsqueda de justicia social para mujeres y hombres. Ciento un años después, esa llama sigue ardiendo en todo
el mundo”.
Tuvieron que pasar varios años para que la Organización de
las Naciones Unidas ONU, en 1977 proclamara el 8 de marzo, como Día
Internacional por los Derechos de la Mujer y desde entonces la mujer ha
conquistado y recuperado varios derechos.
Sin embargo sus luchas y las diferentes conmemoraciones no
han sido suficientes, en la solución de
los problemas que afectan al sexo débil… la nueva esclavitud persiste, la
discriminación y la violencia permean sobre sus cabezas, la desigualdad en el
pago de trabajo igual, salario igual, no siempre se aplica, la pobreza de la
mujer campesina sigue siendo marcado y aun está lejos de su alcance
generalizado la justicia social, ahora persiste el feminicidio, que tiene a la
sociedad imbuida en el miedo.
La lucha continúa y seguramente la mujer, que predomina en
la generalidad de los pueblos continuará exigiendo sus derechos en todos los
ámbitos, en los laborales, buscará un trabajado decente y un pago justo, en los
políticos, su participación seguirá aumentando y cada vez se verán más de ellas
ocupando cargos importantes, donde antes les estaban vedados.
Esperamos que esta conmemoración les sirva de impulso y
retroalimentación para que no les pase como dice el siguiente anónimo: “Lo malo
de una mujer con el corazón roto, es que empiezan a repartir los pedazos”. Y
tal vez, solo nos regalen una parte de su corazón… jjesusvah@hotmail.com
Marzo 8/2012.
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