* Autoridades civiles y militares encabezaron esta mañana un acto cívico para recordar la muerte de uno de los precursores de la gesta revolucionaria de 1910
Tijuana, B. C., 22 de febrero de 2011.- A 98 años de la muerte de Francisco I. Madero, su legado e ideales permanecen vivos entre los mexicanos, afirmó el regidor Enrique Parra Romero, presidente de la Comisión de Seguridad Pública y Educación del 20 Ayuntamiento, quien en representación del presidente municipal, Carlos Bustamante Anchondo, encabezó el acto cívico para recordar a uno de los precursores de la Revolución Mexicana.
La escuela primaria Francisco I. Madero, de la colonia Cacho, fue el lugar de encuentro para que autoridades civiles y militares, así como estudiantes y maestros del plantel educativo, llevaran a cabo un significativo homenaje para honrar la memoria y destacar los ideales que dejó a los mexicanos, el ex presidente de México, Francisco Ignacio Madero González.
Junto al busto que se conserva en la plaza cívica del plantel educativo, el niño Kevin Daniel Chávez Cota -de quinto grado- permaneció de pie, emulando la figura del ilustre político mexicano.
Por su parte, el regidor Enrique Parra Romero recordó que el legado de Francisco I Madero -“Sufragio Efectivo No Reelección”-, es un principio que permanece vigente en la vida democrática del país y que todos debemos seguirlo practicando, como uno de los valores que caracteriza a los mexicanos.
Francisco Ignacio Madero González nació un 30[, de octubre de 1873 en Parras, Coahuila, siendo elegido presidente de México al triunfo de la Revolución Mexicana de 1910.
Su mandato presidencial se caracterizó por encabezar un gobierno democrático, pero poco identificado con las clases marginadas y por conservar en su gabinete antiguos porfiristas, lo que provocaría varios alzamientos armados, entre los que destacan los del campesino Emiliano Zapata, quien proclamó el Plan de Ayala, exigiendo la restauración de los derechos agrarios y desconociendo a Madero como presidente.
El 22 de febrero de 1913 y pese a la promesa de los golpistas de respetar su vida y facilitar su exilio a la isla de Cuba, Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez, fueron asesinados –fusilados- a un costado del Palacio de Lecumberri, en la Ciudad de México.
Como parte de los festejos del aniversario luctuoso, las autoridades civiles y militares culminaron el acto cívico depositando una ofrenda floral, guardando un minuto de silencio durante la guardia de honor, que realizaron junto al dorado busto de Madero.
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