jueves, 17 de febrero de 2011

FELICIDADES GUADALAJARA


José de Jesús Vázquez Hernández

Premio nacional “México de Periodismo”

La Guadalajara de antaño, la de hoy y la del futuro, se alegra con sus varios millones de habitantes que se han asentado en sus linderos buscando la felicidad para vivir en el entorno de sus entrañas desparramadas por todo el valle de Atemajac, conformando una zona metropolitana indefinida y con los achaques de un crecimiento inesperado y mal planeado que extiende sus tentáculos por los municipios aledaños.

Cuatrocientos sesenta y nueve años han pasado desde su asentamiento final, que según dicen sus cronistas fue en un costado del teatro Degollado por inspiración y decisión de una mujer altiva Beatriz Hernández, quien se impuso al advertir tal vez la indecisión de los dirigentes de las familias consideradas pioneras de su fundación al expresar aquella frase que se ha hecho famosa y que se repite por lo menos en cada aniversario: “El rey es mi gallo y aquí nos quedamos”, ¡acaso sería visión del sexto sentido de la mujer!.

Sin duda fue una determinación que ha dado frutos desde su origen, al elegir un lugar más habitable y confortable que los elegidos con anterioridad por los conquistadores, quienes tenían el encargo de Nuño de Guzmán de fundar una ciudad que llevara el nombre de la Guadalajara española donde él había nacido en 1490.

Antes de su último asentamiento, los fundadores de esta ahora gran metrópoli tuvieron que experimentar en otros territorios, donde encontraron hostilidades por parte de los nativos que los asediaban para qué abandonaran su empresa, y fue así que en Nochistlán, su primer asentamiento en 1531, “Pronto pasó el entusiasmo: imposible vivir en los tepetates, tierra seca y cielo duro”, como lo describiera don Luis Sandoval Godoy. Además había sido morada de los terribles cascanes y guarida de Tenamaxtli, caudillo valiente y esforzado.

Ante las dificultades encontradas en este lugar tuvieron pronto que reconsiderar su empresa, por lo que partieron dos años después a Tonalá, tierra donde Nuño de Guzmán había elegido para promoverse con el título nobiliario de Marqués de Tonalá y para no afectar sus planes se trasladan a Tlacotán, hacia los confines de la barranca de Huentitán, donde permanecen por siete años, pero ante los constantes ataques de los nativos y ya con el antecedente de haber examinado tierras mejores no muy lejanas a sus posibilidades, emigran al territorio de Atemajac que ahora alberga a la otrora perla de occidente, ciudad de las rosas etcétera etcétera.

Aquí en tierras de la Nueva Galicia, en medio de sus tres antiguos barrios de Mexicaltzingo, Analco y Mezquitán que contribuyeron para darle una identidad cultural al país, no solamente por su tequila, mariachi y charrería, sino por ser un contrapeso de la Nueva España, por su gente amable, por su cultura y tradiciones, por sus alimentos y monumentos, que le dan identidad en el “rio que corre sobre piedras” a la emblemática y pujante metrópoli que naciera después de varios intentos y que ahora se enorgullece pos sus 469 años, aunque pocos para una gran ciudad como la nuestra.

Con el deseo de que pronto deje atrás algunas dificultades que ahora la aquejan, solo nos resta desearle un feliz futuro y vuelva a retomar los valores y costumbres de la hermosa provincia que fue y que entremezclados con los adelantos adquiridos en la actualidad, supere las dificultades y recupere su grandeza y dignidad que la han caracterizado. jjesusvah@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

CAMPAÑAS Y CANDIDATOS 2024

  ENTRE BROMAS Y VERDADES