viernes, 6 de noviembre de 2009

CONTRASTE DE PANTEON MUNICIPAL Y UNO PRIVADO EN TIJUANA


Por Carlos Neri Torres
Para conocer una ciudad solo hay que caer a la cárcel o visitar un panteón para saber como es tratado un ciudadano en consejos, indicaciones, multas o abusos, que se cocinan y de que es capaz una ciudad, y de allí a exigirle al titular se adapte su gente a los tratados internacionales, ya que la constitución es letra muerta, o al menos así se las gastan los policías. Basta que se tope uno con un representante de la ley (policía, inspector o ministerial.) para saber que permite una administración, que su titular avala.

Para darnos una idea sobre uno de los panteones Municipales que tan solo en diez años logro albergar hasta 8800 espacios ocupados, en la parte mas alta de este monte, vecino del panteón del (Monte de los Olivos, panteón particular administrado por el grupo Gayoso ) lugar donde gente bonita de Tijuana reposa.

La entrada a los panteones es común, casi al final de la avenida Insurgentes cuesta arriba medio pavimentada, en cuanto se termina el camino a el panteón privado, se observa la realidad de los servicios municipales, baches, piedra suelta camino áspero, el panteón privado esta con cancel .puerta de acceso controlando por vigilantes al acceso y jardineros y limpieza así como una barda bien terminada en los linderos de el camposanto.

Camino al cementerio municipal es el contraste no existe un solo señalamiento para llegar, el cementerio esta circulado con un alambre que ni el ranchero mas pobre circularía su lienzo, de lo mas increíblemente fuera del concurso ISO 9001, adentro del panteón no hay un solo camino con White toppin., empedrado o algo que se le parezca, ni en los pueblos mas alejados de la civilización en la sierra, tienen un panteón en esas condiciones, En esta colonia nunca se han peleado por los derechos, no hay mesa directiva, cuanto me gustaría que los derechos humanos al menos los del “Maclovio ” visiten este lugar que el municipio administra y da mantenimiento y honra a sus habitantes que la hicieron grande. Es un cerro tal como lo pedía en su canción el hijo desobediente de los años 40s “donde lo trille el ganado” por aquí jamás pasaron alguno de los Arquitectos de Tijuana o al menos se ve que no los hay. Las gavetas en las que reposan los cuerpos de este camposanto hay poco lineamiento, “muy al ahí se va” piedra sobre piedra, entre las ideas que aportan los deudos de los finados existe hasta circuladas las tumbas con piedra de río, otras con Block nomás por encimita, otros sí cuentan hasta con maceteros y bancas para la estancia. esto sera parte del poco presupuesto o poco respeto a los que ya se fueron, y no hay quien abogue por una morada digna para un descanzo bien merecido a aquellos que solo el silencio y el viento es su compañero aparte de conejos y ardillas.

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